Navigation

Tierra incógnita en el oeste mexicano

Durante varios siglos las culturas precolombinas que se desarrollaron en las regiones occidentales de México fueron olvidadas por historiadores y especialistas.

Este contenido fue publicado el 17 enero 2005

Incluso en la época del gran auge de la civilización azteca, en los siglos XV y XVl, esta parte del México antiguo había sido considerada como una zona atrasada, casi bárbara.

Por primera vez se expone al público suizo, la colección de figuras artísticas proveniente de los pueblos del oeste mexicano que posee el Museo Rietberg.

Con la presente exhibición en el Haus zum Kiel de Zúrich se intenta borrar esa impresión histórica negativa sobre la cultura de los tarascos, a quienes sus adversarios trataban de incultos y bárbaros.

Este pueblo logró como nadie imponerse ante la dominación azteca, que se expandía hacia el oeste en donde abundaban grandes recursos mineros.

Las recientes investigaciones arqueológicas han sacado a luz el alcance cultural de los tarascos. Este pueblo fue por mucho tiempo el enemigo número uno de los aguerridos aztecas de México.

Obras de gran diversidad

Las esculturas que se presentan en esta exposición son de los más rico y variado que pueda imaginarse.

Se trata de figurillas talladas en piedra o barro, en la técnica llamada de ‘pastillaje’, muy finas y con gran amor por los detalles, aunque hay otras también en piedra llenas de expresividad y fuerza.

Las piezas provienen de regiones de los actuales Estados de Nayarit, Jalisco, Colima, Guanajuato, Michoacán y Guerrero. Las estatuas más antiguas datan del segundo milenio antes de Cristo, y las más recientes de los siglos XV y XVl.

Algunas de estas figuras no alcanzan más de 50 centímetros de altura. La mayoría aparece haciendo actividades diarias como mujeres lavando, cuidando a los hijos, haciendo tortillas, o los hombres cultivando o combatiendo con el enemigo.

Entre ellas se encuentran también figuras eróticas con enormes falos, y mujeres de grandes senos que indican sin duda el culto a la fertilidad.

Los chamanes y los guerreros con cascos y uniformes tampoco podían faltar entre estos pueblos, que tanto tuvieron que combatir para defender su territorio del avance mexica.

Una forma de vida singular

Si bien estas culturas asentadas en la parte occidental de México no lograron el alcance de una gran civilización, es decir, una sociedad jerárquicamente estructurada con relaciones comerciales amplias y firmes o, como en el caso de los aztecas, una arquitectura monumental, sí destacaron en las artes y los oficios.

Los tarascos de Michoacán, por ejemplo, desarrollaron la técnica de la pintura para iluminar los códices, y trabajaron como ningún otro las plumas de los animales para hacer asombrosos mosaicos con estos elementos naturales.

Los artesanos eran simplemente excelentes. Fabricaban ollas, comales, metates para moler los granos, vasijas, pipas de barro, jarras y botellones dándoles después un barniz tan primoroso que compite con el de las lacas chinas.

Estos pueblos sobresalieron en varias industrias, como la fabricación de alfombras y camas, curtían el cuero y hacían instrumentos tallados en bronce y piedra. No es casual que hayan destacado en la minería creando sofisticados adornos de plata.

Cultivaron también el algodón y la ‘cochinilla’, un animalillo que sirve para teñir telas y tejidos sumamente apreciado en las cortes europeas después de la Conquista española.

La gente de estas regiones no alcanzó a desarrollar una escritura avanzada como la de los mexicas, pero eran diestros y valeroso en el manejo del arco y eran dados a ataviarse con lujosos trajes y adornarse con plumas y turquesas.

Un prejuicio histórico negativo

Al observar el alto nivel logrado por estas culturas del occidente mexicano, uno se pregunta por qué estas regiones pasaron a la historia como tierras incógnitas.

De hecho, todo esto se debió a un prejuicio que da inicio desde la época del esplendor mexica.

Los dominios de Moctezuma eran vastísimos y se extendían desde el altiplano central de México, pasando por Hidalgo, Puebla, Veracruz, Morelos, Oaxaca, Guerrero, parte de Chiapas y de Guatemala. Los mexicas eran una verdadera máquina de poder que dominaba 38 provincias sometidas a su potencia militar expansionista.

Sin embrago, las zonas del oeste no lograron ser conquistadas ni sometidas, de ahí que fueran consideradas como tierras de gente bárbara sin cultura ni identidad.

Del mismo modo, esta visión un tanto chauvinista de los aztecas fue retomada por los conquistadores españoles y más adelante fue transmitida en la obra del historiador español Bernardino de Sahagún, cuando escribió en el siglo XVl su ‘Historia general de las cosas de la Nueva España’.

La exhibición ‘Culturas precolombinas olvidadas del oeste de México’ recuerda una vez más de forma crítica que la historia la escriben los que vencen. Permanecerá abierta al público hasta el 17 de abril.

swissinfo, Araceli Rico, Zúrich

En cumplimiento de los estándares JTI

En cumplimiento de los estándares JTI

Mostrar más: SWI swissinfo.ch, certificado por la JTI

Los comentarios de este artículo han sido desactivados. Puede encontrar una visión general de los debates en curso con nuestros periodistas aquí. Por favor, únase a nosotros!

Si quiere iniciar una conversación sobre un tema planteado en este artículo o quiere informar de errores factuales, envíenos un correo electrónico a spanish@swissinfo.ch.

Ordenar por

Cambiar la contraseña

¿Quiere borrar el perfil definitivamente?

No se ha podido registrar su suscripción. Por favor, inténtalo de nuevo.
Casi hemos terminado... Necesitamos confirmar su dirección de correo electrónico. Para completar el proceso de suscripción, por favor pulse sobre el enlace del correo que acabamos de enviarle.

Las entregas más relevantes esta semana

Manténgase al día con las mejores entregas de swissinfo.ch directamente en su buzón.

Entre semana

La Declaración de privacidad de la SRG SSR explica cómo se recopilan y se utilizan los datos personales.