Suiza adapta la neutralidad al nuevo contexto político
Las modificaciones del concepto, que desconocen muchos ciudadanos, no comprometen la tradicional neutralidad helvética. Suiza es y seguirá siendo un estado neutro. Se trata de adecuar los principios de la neutralidad a "nuestra época", señala el Gobierno.
En 1993, el Gobierno suizo renunció al concepto restrictivo de la "neutralidad integral" vigente durante la era de la Guerra Fría, limitándolo a las cuestiones de índole estrictamente militar y logrando así un mayor margen de maniobra en los ámbitos de la política exterior y de seguridad.
Gran parte de la opinión pública no conoce este cambio de rumbo, según el informe sobre la práctica de la neutralidad discutido este miércoles en el Consejo de Ministros. Se trata de un documento, de índole jurídica, elaborado por un grupo de trabajo interministerial.
Desde el fin de la Guerra Fría, las experiencias de Suiza y de otros estados "demuestran de forma contundente que la neutralidad no constituye un obstáculo para la cooperación internacional en el ámbito de la política militar", subraya el informe.
El derecho de neutralidad tiene vigencia exclusivamente en conflictos internacionales armados, es decir, en casos de litigios violentos entre estados, y no cuando Naciones Unidas decreta sanciones económicas o militares, prosigue del documento.
Suiza ha seguido al pie de la letra esa interpretación, considerando que no puede haber neutralidad entre una comunidad internacional que actúa de forma unida y un estado que peligra la seguridad y viola el orden internacional de paz.
El derecho de neutralidad, sin embargo, entra en vigor en el momento en que un estado o grupo de estados como la OTAN emprenden represalias militares como ocurrió en Kosovo, sin previa autorización por parte de la ONU.
Suiza no puede sumarse a tales medidas. Es por esa razón que Berna prohibió que los aviones aliados sobrevolaran el territorio suizo en su ruta hacia la región balcánica.
Las decisiones del Gobierno en el conflicto kosovar no han sido bien entendidas o sólo parcialmente, porque la ONU, la Unión Europea y la OTAN no conocen las mismas normas en el ámbito de las sanciones, señala en su informe el grupo de trabajo interministerial.
Una situación problemática en términos de neutralidad podría producirse, si en el caso de graves violaciones de los derechos humanos, una alianza militar como la OTAN decidiera proceder a una "intervención humanitaria", sin el correspondiente mandato de la ONU.
Es una situación que, según el secretario de Estado para Asuntos Exteriores, Franz von Däniken, debe esclarecer el Tribunal Internacional de Justicia.
El Gobierno suizo comparte las conclusiones del grupo de trabajo interministerial. En el futuro, Suiza seguirá respaldando las medidas militares, siempre y cuando éstas respeten el derecho internacional vigente, declaró ante la prensa el jefe de la diplomacia helvética, Joseph Deiss.
Al igual que los autores del informe, el Consejo Federal considera que la neutralidad helvética no ha perdido credibilidad.
swissinfo y agencias

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