Cuando Roger Federer está en la cancha todo parece fácil; fuera de ella, la leyenda del tenis es igual de impresionante y bien organizado – tanto en el trabajo de su fundación en África como con su familia. Y es que como reza el refrán: Detrás de un gran hombre, siempre hay una gran mujer”. (RTS, swissinfo.ch)

La vida de un tenista profesional significa recorrer el mundo de un hotel a otro, de un torneo al otro, de una rueda de prensa a otra. La logística –y el desfase horario – es duro para una sola persona, cuanto más para una familia con cuatro niños. Afortunadamente, Roger Federer cuenta con el apoyo de su esposa. Mirka consigue que todo vaya sobre ruedas.

Ciertamente, el dinero ayuda. Los premios que ha ganado Federer a lo largo de su carrera suman más de 100 millones de dólares. Sus ingresos anuales, incluidos los contratos publicitarios, se elevan a 70 millones de dólares. El tenista no tiene problemas para costear un avión privado o niñeras de sol a sol.

A sus 35 años, el suizo está jugando mejor que nunca y disfruta de su ‘comeback’, que muy poca gente creía posible. Como señala en esta entrevista con la televisión suiza de habla francesa, sin Mirka, no lo hubiera conseguido.

swissinfo.ch/ts