El circo rocoso de Creux-du-Van, en el Jura de Neuchâtel. Las paredes rocosas, que pueden alcanzar hasta 200 metros de altura, son obra de un antiguo glaciar. Naturerbe der Schweiz, Beutler/Gerth, Haupt 2015
En el poblado de Steinhof (Solothurn), la Grosse Fluen (gran chimenea), con sus 1200 m3, es el más grande bloque errático de la meseta suiza. Los glaciares lo llevaron hasta ahí. Andreas Gerth; Beutler/Gerth, Naturerbe der Schweiz, Haupt 2015
En la frontera de los cantones de Lucerna y Berna, el Schrattenfluh es un paisaje cárstico, a unos 2000 metros de altitud. Al fondo, magnífica vista de los Alpes. Andreas Gerth; Beutler/Gerth, Naturerbe der Schweiz, Haupt 2015
Aletsch, en el cantón del Valais, es el mayor glaciar de los Alpes. Se extiende sobre más de 20 kilómetros y su espesor llega a 900 metros en algunos lugares. Andreas Gerth; Beutler/Gerth, Naturerbe der Schweiz, Haupt 2015
A proximidad del poblado zuriqués de Fällanden, centenares de bloques erráticos bloquean el paso a un barranco boscoso. Durante milenios, el correr del agua terminó por dar una forma muy particular a las rocas. Andreas Gerth; Beutler/Gerth, Naturerbe der Schweiz, Haupt 2015
Dos pilares cársticos dominan la estación de Leysin, en los Orealpes del cantón de Vaud. La Torre de Mayen (izq.) y la Torre de Aï culminan a más de 2 300 metros y son visibles desde las lejanas planicies de la región. Andreas Gerth; Beutler/Gerth, Naturerbe der Schweiz, Haupt 2015
Las agujas de Sciora, en el Valle Bregaglia, en los Grisones, nacieron con el paso del magma, lo que les confiere el carácter de fenómeno natural único en Suiza. Andreas Gerth; Beutler/Gerth, Naturerbe der Schweiz, Haupt 2015
Suiza también posee un gran cañón: en la Surselva (Grisones), las aguas del Rin, el hielo, el viento y la gravedad esculpieron uno de los más impresionantes paisajes del país. Andreas Gerth; Beutler/Gerth, Naturerbe der Schweiz, Haupt 2015
En la frontera de los cantones de Berna y Vaud, el Gummfluh es un masivo esencialmente calcáreo. Declarada reserva natural, la zona posee una importante fauna salvaje. Andreas Gerth; Beutler/Gerth, Naturerbe der Schweiz, Haupt 2015
El Illgraben, en el Valais, es un gigantesco circo rocoso, casi totalmente libre de vegetación. Ofrece un paisaje impresionante, y juegos de colores sorprendentes. Andreas Gerth; Beutler/Gerth, Naturerbe der Schweiz, Haupt 2015
Pilar de roca en la región de la Greina, en los Grisones. En ese paisaje, que recuerda la meseta tibetana, la resistencia de los amantes de la naturaleza logró evitar un proyecto para construir una central hidroeléctrica. Andreas Gerth; Beutler/Gerth, Naturerbe der Schweiz, Haupt 2015
Las gargantas de la Breggia, en el sur del Tesino, son conocidas por su diversidad rocosa. Recorrerlas es remontarse a través de 100 millones de años de historia de la Tierra. Andreas Gerth; Beutler/Gerth, Naturerbe der Schweiz, Haupt 2015
En medio de los materiales de desprendimiento brilla la lengua del glaciar de Otemma, en el Valais, en donde el lecho forma la mayor llanura inundable alpina de Suiza. Andreas Gerth; Beutler/Gerth, Naturerbe der Schweiz, Haupt 2015
Suiza no es solamente un país de paisajes montañosos. Posee una multitud de formaciones muy diferentes, y esa diversidad se refleja en el ‘Inventario Federal de Paisajes y Monumentos Naturales de Importancia Nacional’, sobre el que acaba de publicarse un libro rico en descripciones e imágenes.
Este contenido fue publicado el 23 mayo 2015 minutos
Mundos alpinos de hielo, estepas áridas, extrañas zonas cársticas, juegos de colores en formaciones rocosas: la diversidad de los paisajes alpinos es todo eso y mucho más. Para proteger su belleza, el Inventario Federal (IFP)Enlace externo fue creado en 1977. Incluye 162 sitios y panoramas excepcionales.
Aviso a los excursionistas: con sus casi 400 páginas, ‘Naturerbe der Schweiz’Enlace externo es un poco pesado para la mochila, pero sus autores, Raymond Beutler y Andreas Gerth, le darán algunas buenas ideas.
La particularidad de las imágenes de Andreas Gerth es que todas fueron captadas desde puntos accesibles para los excursionistas dominicales. No se trata de fotografías aéreas, submarinas o tomadas desde las cumbres, como lo precisan los autores del libro en el prólogo.
(Fotos: Andreas Gerth, Texto: Christian Raaflaub, swissinfo.ch)
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