El Gobierno ahorra a costa de las lenguas
Suiza es un país conocido por sus cuatro idiomas nacionales. Pero el gobierno carece de los medios financieros para fomentar el plurilingüismo.
A fines de abril, el Ejecutivo decidió renunciar a su proyecto de ley federal sobre las lenguas nacionales, actitud que ha provocado un alud de críticas.
Suiza se muestra orgullosa de sus cuatro idiomas (alemán, francés, italiano y romanche). A menudo subraya en el exterior esa calidad extraordinaria que se ha convertido en algo parecido a un símbolo helvético.
Sin embargo, cuando se trata de incentivar esta riqueza lingüística en el país constata que ya no dispone de los medios para hacerlo. El Consejo Federal anunció hace un mes que dejaba de lado un proyecto de ley al respecto.
Ola de desilusión
La decepción fue inmediata entre las organizaciones y cantones helvéticos concernidos en un proyecto que les había costado varios años de trabajos preparatorios.
La Conferencia Suiza de Directores Cantonales, en voz de su portavoz Gabriela Fuchs, calificó esta decisión parlamentaria de “señal negativa”.
“Sobre todo ante las pasadas discusiones sobre la posición de los idiomas nacionales frente al inglés (en la educación obligatoria)”, aclaró la representante del máximo organismo en materia de educación en el país.
En su opinión, la planeada legislación hubiera podido reforzar la condición de las lenguas locales.
Fuchs considera que el prematuro rechazo del proyecto no sólo afecta a los cantones multilingües sino también a toda Suiza, que hubiera podido aprovechar del intercambio lingüístico entre las diversas partes del país y del eventual centro de competencia nacional.
También la organización romanche, la Lia Rumantscha, se encuentra “muy decepcionada por la decisión del Consejo Federal, originada -naturalmente-, por razones político-financieras”, lamenta su presidente, Vincent Augustin.
Las reacciones no sorprenden al gobierno
El vicecanciller Achille Casanova y portavoz del gobierno indica con diplomacia a swissinfo: “El Consejo Federal es consciente de que se trata de una cuestión delicada y que el debate sobre la ley de idiomas se discutía desde hacía años”. De ahí que - a jucio de Casanova - las reacciones al retiro "momentáneo" (de la ley) no sorprenden.
Gabriela Fuchs no puede aceptar que el fomento del intercambio lingüístico y las clases de idiomas sólo sean de competencia cantonal. “Eso no lo podemos comprender”, indica.
Con el artículo sobre los idiomas locales en la Constitución, el gobierno federal tiene la encomienda de fomentarlos y ocuparse de la comprensión y el intercambio entre los grupos lingüísticos del país, opina.
“Esa misión debe ser defendida por la Confederación. Y la ley sobre idiomas debía haber representado las bases para esa tarea”, sostiene la portavoz de la Conferencia Suiza de Directores Cantonales.
“El Consejo Federal es consciente de que tiene una encomienda constitucional”, confirma Casanova, pero “considera que cumple este artículo constitucional con los instrumentos y actividades existentes”.
Fomento de los cuatro idiomas nacionales
En concreto, el proyecto de ley quería reforzar el rasgo esencial de Suiza como país con cuatro idiomas y, con ello, defender el equilibrio entre éstos. Se había planeado diversas ayudas financieras del gobierno federal.
También se tenía contemplado apoyar a los inmigrantes con cursos de idiomas y que los cantones bilingües como Berna, Friburgo, los Grisones y el Valais recibieran apoyo financiero.
Finalmente se proyectaba la creación de un centro nacional de competencias del gobierno federal y los cantones para impulsar el plurilingüismo.
La última palabra no está dicha
Tanto la Conferencia Suiza de Directores Cantonales como la Lia Rumantscha esperan aún que el Consejo Federal se retracte y retome el proyecto de ley.
Cuentan con el sostén de varias iniciativas parlamentarias que, o refuerzan el mismo objetivo, o quieren arrebatar al gobierno la batuta sobre el proyecto de ley para presentarlo directamente en el Legislativo federal.
La Lia Rumantscha recoge un balance positivo de las tareas entre bastidores en defensa del concepto e indica que diversos actores han mostrado su disposición de apoyo.
“Lo que urge ahora es que cada uno deje de defender su propia parcela para que todos unidos impulsen una acción conjunta reforzada”, aclara Vincent Augustin.
El camino a través del parlamento es también una posibilidad, dice Casanova al respecto. “Y en el caso de que ambas cámaras apoyen una moción o una iniciativa parlamentaria, el Consejo Federal también solicitará esa ley”.
swissinfo, Christian Raaflaub
(Traducido por Patricia Islas)
Contexto
El proyecto de ley sobre el fomento lingüístico obtuvo un extenso apoyo durante el proceso de consultación.
Sólo la Unión Democrática del Centro lo rechazó.
La eventual legislación costaría anualmente 17 millones de francos dirigidos a:
-el apoyo a los cantones bilingües,
-la creación de un centro de competencias para fomentar el intercambio entre los grupos lingüísticos y,
-subvenciones para otras medidas que reforzaran el impulso de los idiomas nacionales.

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