Actualmente, cada euro vale solo 1,04 franocs suizos. La moneda suiza jamás había estado tan fuerte durante los últimos seis años. Pero, aunque esto encarece los productos suizos que se venden en el extranjero, pocos exportadores se quejan del tipo de cambio. La industria suiza ha sabido adaptarse a la realidad que vive.

La empresa Micro Precision Systemas (MPS), basada en Biel, en el cantón de Berna, recibe más pedidos que nunca. Para poder surtirlos, esta robusta pyme especializada en las tecnologías médicas decidió contratar a medio centenar de personas este año. “En algunos sectores observamos una ralentización. Pero para nuestra producción global, el 2021 será uno de nuestros años históricos”, dice Nicola Thibaudeau, directora general de MPS, a la Radio Télévisión Suiza (RTS).

La firma MPS no es un caso aislado. La decena de empresas contactadas por la RTS tienen también una agenda de trabajo a tope y no cesan de recibir pedidos. Sin embargo, pese a las buenas perspectivas, las empresas enfrentan una desventaja competitiva: el franco fuerte. Actualmente, la divisa suiza roza la paridad con el euro, un nivel cambiario que aumenta los precios de los productos de exportación.

¿Cómo explicar estos éxitos comerciales?  “Innovación, innovación y más innovación”, responde Nicola Thibaudeau. Nos hemos concentrado en innovar lo mismo en el el producto en sí, para que le cueste menos al cliente, que en la parte de la producción, para que nos cueste menos caro manufacturarlo”.

Desmarcarse de la competencia

Un ejemplo de lo que significa innovar en la producción es la máquina que creó la empresa manufacturera Humard Automation, basada en Delémont. Este equipo ha dado la oportunidad a MPS de trabajar las 24 horas del día. Una muestra de innovación que ha sido capital porque permitió a MPS repatriar a Suiza una fábrica que antes tenía en Eslovaquia.

Para Humard Automation es vital estar siempre un paso adelante: “Lo intentamos ofreciendo productos únicos, diferenciándonos de la competencia extranjera. A veces se trata de máquinas realmente especiales, que son una primicia mundial en la realización de determinadas operaciones",  explicó su director Georges Humard.

Una innovación que a veces requiere paciencia, como sucedió con el corazón artificial de MPS cuyo desarrollo comenzó hace 10 años. "Se trata del primer corazón artificial producido en Biel que será implantado en un paciente en las próximas semanas", anuncia con orgullo Nicola Thibaudeau, directora de MPS.

Estabilidad

Christophe Reymond, director del Centro Patronal Suizo, dice que otra de las razones que explica la resiliencia de la economía suiza  es la diversidad de su tejido económico. “Una diversificación que permite repartir considerablemente los riesgos. Además, tenemos algunos sectores que funcionan realmente bien, como el farmacéutico, el químico o las actividades financieras, que tienen un efecto dinámico que abarca todo el tejido ".

Asimismo, la estabilidad política y social del país también son parte del éxito de la economía suiza. "No hay algo que valore más el mundo económico que la estabilidad", concluye Christophe Reymond.

Traducido del francés por Andrea Ornelas

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