Suiza también aprovecha de la Cumbre de Montreux
Montreux acoge desde este viernes la 13a. Cumbre de la Francofonía que reúne a 70 jefes de Estado y de Gobierno, 3.000 delegados y numerosos periodistas. Suiza insiste en el carácter de apertura y cercanía popular de la institución, tal como corresponde a su imagen y a la de la OIF.
«Tratándose de los suizos, sabemos que la Cumbre será bien organizada. Ellos saben hacer las cosas muy bien». Este concepto señalado por un directivo africano de la Organización Internacional de la Francofonía (OIF) da a entender que la Cumbre de Montreux permitirá a Suiza consolidar más su reputación.
Además, es el único de los cuatro grandes contribuyentes a la OIF que aún no ha acogido una reunión de la instancia suprema de la organización, espacio donde ésta discute y determina sus orientaciones esenciales y sus opciones programáticas.
Ganar «prestigio»
El secreto bancario, el asunto de los alminares: la imagen internacional de Suiza «ya no es tan lisa como lo era hace 20 años y la Cumbre surge en el momento oportuno», opina Laurent Gajo. El especialiista de Francés en la Universidad de Ginebra recuerda que la francofonía es efectivamente «una de las plataformas de colaboración, de relaciones multilaterales y de cooperación Norte-Sur más importantes a escala planetaria».
Aunque no se aguarda un beneficio inmediato, la Cumbre permitirá a Suiza ganar «prestigio» e «imagen», confirma François Nordmann, ex jefe de la Dirección de Organizaciones Internacionales en el Ministerio de Asuntos Exteriores. En cuanto a sus actores turísticos, académicos, teconológicos y económicos ofrece «una vitrina».
«Suiza no es un actor discreto y mínimo en el seno de la Francofonía», anota Laurent Gajo. En los últimos años «ha reducido una parte de sus prestaciones, pero en los ámbitos diplomático o académico sigue siendo muy bien vista, precisa por su parte François Nordmann. Suiza tiene una posición muy buena, sin duda fortalecida por la Cumbre».
Una oportunidad para África
Si bien una gran parte de los países de la Unión Europea son miembros de la OIF, Suiza no sacará con esta Cumbre ningún beneficio europeo. «La discusión en Montreux es cultural, atañe a la cooperación científica, académica y al desarrollo, explica François Nordmann. No es un órgano que permite un acercamiento con la Unión Europea en particular».
Esta última ve especialmente una oportunidad para mantener vínculos con los «países que no tienen la costumbre de ver». Sobre todo con África. Dicho esto el embajador no menciona ninguna expectativa explícita de esta Cumbre, porque se trata de «una etapa normal en la vida de la organización».
En ausencia de problemas políticos delicados, «aparte de algún problema de protocolo que será resuelto», Suiza no ve un gran riesgo asumiendo el papel de anfitrión del acontecimiento, precisa.
Suiza debe comunicar
Más aún, Laurent Gajo constata que Suiza trata de que esta Cumbre sea un espacio de discusión donde nada esté amarrado con anterioridad. Junto con los otros intenta asimismo asociar a la población, recalca el responsable general de los Estados de la Francofonía. Una Francofonía que en gran medida sigue siendo desconocida, sobre todo en su dimensión política, y que ganaría estimulando su comunicación, añade el catedrático.
«Su programa de acción está bastante relacionado con los derechos humanos, el desarrollo durable, el derecho a la educación. Además tiene que impulsar el avance del respeto de la biodiversidad». En síntesis, la OIF debe mantener su empuje, pero haciendo « un esfuerzo para ser menos opaca y más visible ». Esa es precisamente la óptica de Suiza en Montreux.
El espacio germanófono
Entonces, ¿suscitará Montreux disensiones en el seno de la Suiza plurilingüe ? «Tal vez hay el riesgo de que el evento sea minimizado», afirma François Nordmann. Pero aludiendo a la sensibilidad alemánica, el embajador expresa una idea:
Suiza participa de las reuniones políticas con Austria y Alemania. «Pero el alemán es hablado actualmente en muchos de los países de Europa central. A título de equilibrio, ¿no tendríamos tal vez que proyectar una manifestación cultural germanófona?».
Reducir la Francofonía al idioma es un error, recuerda a su vez Laurent Gajo. Suiza esté implicada en la Francofonía por su condición de país multicultural y plurilingüe. En una Francofonía que hace de la diversidad cultural y lingüística su caballo de batalla y cuyos miembros suelen tener el idioma francés como segunda o tercera lengua».
«En cuestiones de imagen, relaciones políticas exteriores, relaciones internacionales, de cooperación y ayuda al desarrollo, toda Suiza se siente concernida, sostiene Gajo. No hay razón objetiva alguna para que los Romand (suizos francófonos) se sientan más implicados».
Suiza y la Francofonía
Miembro. Desde 1989, Suiza es miembro pleno de la Cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de los países que comparten el idioma francés. En 1995, el Parlamento suizo votó mayoritariamente la adhesión a la Organización Internacional de la Francofonía (OIF).
Financiamiento. Después de Francia, Canadá y la Comunidad francesa de Bélgica, Suiza es el cuarto contribuyente de fondos a la OIF con 5,3 millones como aporte estatutario más 1,1 millón como contribución voluntaria.
Suiza participa en todas las instancias de la organización y en los trabajos de sus cuatro operadores: la Agencia Universitaria, la Asociación Internacional de Munícipes, TV5Monde y la Universidad Senghor.
La OIF representa a más de 870 millones de habitantes y 220 millones de hablantes del idioma francés. Agrupa a 56 países miembros y 14 países observadores.
Montreux
Tres días en Montreux. Suiza ha sido designada país anfitrión de la 13a Cumbre de la Francofoníe en remplazo de Madagascar, afectado por problemas políticos. La Cumbre, precedida de una conferencia ministerial, tiene lugar del 22 al 24 de octubre en Montreux.
En el menú de las discusiones : la Francofonía en el gobierno mundial, el desarrollo sostenible en la perspectiva francófona, y el francés y la educación en un mundo globalizado.
¿Diouf ? Esta Cumbre, en el 40 aniversario de la Francofonía, brinda también a los 70 jefes de Estado y de Gobierno la posibilidad de conversar en torno a las grandes opciones de la OIG y de elegir a su secretario general. Abdou Diouf, a punto de concluir su segundo mandato, está entre los candidatos.

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