Los edificios construidos en las décadas de 1970 y 1980 en diferentes lugares de Suiza parecen desconectados del ambiente y contexto que los rodea. No se insertan en el paisaje de las ciudades o pueblos donde se edificaron y tienen un estilo pesado para brillar con luz propia.

Ester Unterfinger

Christian Flierl (fotos), Ester Unterfinger (edición)

El fotógrafo Christian Flierl se ha interesado en este periodo de la arquitectura y ha buscado construcciones que marcaron su infancia. Primero, en su entorno más cercano en Basilea, y luego, cada vez más lejos, en el noreste de Suiza y en las regiones próximas a la frontera.

Esos edificios habitacionales o comerciales con fachadas exuberantes en tonos marrón y naranja chillón no le gustan. Sin embargo, ejercen cierto poder de fascinación. ¿Qué se esconde detrás de esas opulentas construcciones en hormigón? ¿Qué nos dice esa arquitectura de las necesidades, las esperanzas y los temores de la gente en esas décadas?

Un desdén popular

La historiadora del arte Ulrike Jehle-Schulte Strathaus y el periodista Roger Ehret buscan una respuesta en las fotos de Christian Flierl. Las fotografías reunidas en el libro ‘Völlig losgelöstEnlace externo’ (Completamente suelto) son presentadas de forma clara, aunque están muy lejos de la fotografía documental.

Christian Flierl gira en torno a esos objetos y los representa como fotos de identidad que reflejan solo una parte del conjunto.

Este desdén hacia esa manera de construir no nació en los círculos de los arquitectos. Proviene de la población que tenía la certeza de que de cada nueva obra brotaría, una vez más, una cosa horrible.

No está claro qué ocurrirá con estos edificios. La durabilidad de las estructuras en hormigón es limitada. Tarde o temprano, estas construcciones cederán el lugar a otros proyectos. Y, por tanto, es bueno que podamos conservar en imágenes el controvertido testimonio de su época.