¿El oso de peluche perdió un ojo? ¿El cierre de los pantalones se bloquea? ¿El tostador ya no funciona? Poco importa el problema, en uno de los ‘Cafés de reparación’ suizos se puede encontrar una solución para todo.

Ester Unterfinger

Voluntarios de todas las edades ofrecen su tiempo, sus herramientas y conocimientos para reparar aparatos electrónicos, ropa, juguetes y cualquier otro objeto. Este tipo de eventos se lleva a cabo regularmente en todo el país. Entre los participantes hay muchos jubilados que aprecian la posibilidad de ofrecer sus habilidades en un ambiente alegre y sociable.

La demanda es alta. Durante las reuniones prevalece el principio de que “el primero en llegar es el primero ser atendido”. Lo mejor es entonces llegar temprano. El servicio es gratuito, pero las propinas son bien recibidas. A veces también es posible reciclar las viejas cosas y crear algo nuevo en lugar de tirarlas a la basura.

Patrocinados por la Asociación de Protección al Consumidor, los colaboradores de los ‘Cafés de reparación’ identifican también los defectos más comunes y envían un informe a las empresas que producen los objetos en cuestión. swissinfo.ch visitó uno de esos cafés en Berna.

(Fotos: Ester Unterfinger; texto: Susan Misicka)