Desde 2009, los Ferrocarriles Federales Suizos (FFS) tienen su propio cuerpo de policía. El fotógrafo Didier Ruef acompañó a los agentes de este destacamento un poco especial en el Tesino, cantón de habla italiana del sur de Suiza.

Hoy, la policía ferroviaria tiene 250 agentes en las diferentes regiones lingüísticas de Suiza, incluyendo alrededor de 20 en el Tesino. El número de efectivos aumenta constantemente debido a las mayores necesidades de los FFS, a los crecientes casos de falta de civismo y a la mayor demanda de seguridad de la sociedad contemporánea.

Las prerrogativas de la policía ferroviaria están definidas por la ley: protección de los viajeros, registro y exclusión de las personas cuyo comportamiento lo exige, arresto temporal de personas interpeladas, control de personas y de billetes, aplicación de multas, verbalizaciones y denuncias por actos de degradación o violencia. El uso de esposas está permitido durante un arresto con el propósito de entregar un sospechoso a la policía.

El trabajo del policía se lleva a cabo al ritmo del humor y la actitud de los viajeros, muy diferentes entre sí según la hora del día. Los trenes de la mañana y de la tarde llevan la energía y el entusiasmo de los jóvenes estudiantes y aprendices, así como también la tranquilidad de los trabajadores inmersos en su lectura. Los trenes nocturnos y de fin de semana son, por el contrario, frecuentados por una clientela de personas en plan de fiesta que a menudo vuelven a casa bulliciosos y alcoholizados.