"Los objetivos de Suiza, ampliamente alcanzados"
Los representantes suizos en el Consejo de los Derechos Humanos hacen un balance positivo de las negociaciones para la adopción de las reglas de funcionamiento del nuevo órgano de la ONU.
Suiza considera que el Consejo está dotado ahora de instrumentos eficaces de protección de los derechos humanos. Un punto de vista compartido en parte por la sociedad civil.
"A pesar de la adopción de un código de conducta que podría frenar la acción de los expertos independientes, la catástrofe fue evitada", estima Adrien-Claude Zoller. El director de la ONG Ginebra por los Derechos Humanos subraya que durante este año de negociaciones, y hasta el último momento, hubo diversos intentos por poner todo en tela de juicio.
La relación de fuerza entre los 47 miembros del Consejo - con una mayoría de Estados del Sur refractarios a las injerencias en materia de derechos humanos o que los consideraban como un pretexto al servicio de los intereses del Norte - hacía temer lo peor.
El resultado de estas negociaciones demuestra, por el contrario, que hasta los regímenes menos relucientes en materia de protección de los derechos humanos no se atrevieron a romper al nuevo órgano de la ONU. Es la constatación del embajador de la misión suiza en Ginebra, Blaise Godet.
"Con un órgano más completo que se reúne de manera casi permanente, añade, nuestros objetivos fueron alcanzados".
Criticas moderadas
Por parte de las ONG, el tono es naturalmente más crítico. "No estamos satisfechos, pero no había otras opciones", declara a la Tribuna de los Derechos Humanos, Sebastián Gillioz, de Human Rights Watch.
Esta ONG lamenta en particular que países como Cuba o Bielorrusia ya no tengan expertos independientes encargados de vigilar las exacciones cometidas por sus regímenes respectivos.
"Pero el Consejo conservó la posibilidad de autorizar a expertos independientes (relatores especiales) para investigar acerca de un país o un tema determinado", corrige Blaise Godet. Los regímenes autoritarios, como el de Cuba, no están pues al amparo de los nuevos procedimientos.
"El Consejo tiene la posibilidad de abordar todas las situaciones de crisis", subraya el embajador.
Blaise Godet pone énfasis en la principal novedad con la que es posible superar la selectividad y los dobles estándares habituales en la antigua Comisión de los Derechos Humanos: el Examen Periódico Universal (EPU).
Ese mecanismo permite evaluar las prácticas de cada uno de los miembros de las Naciones Unidas, a razón de 48 por año.
Mejoras posibles
"Habríamos preferido que este examen estuviera más enmarcado por los expertos independientes. Pero nada impide a un Estado nombrar a uno de sus expertos en el lugar de su embajador en el grupo de los tres relatores encargados de efectuar ese examen", observa Blaise Godet.
"El texto que reglamenta el funcionamiento del EPU no cierra ninguna puerta para que en el futuro ese mecanismo sea reforzado", estima por su parte, Adrien-Claude Zoller.
Robert Clapham añade que el EPU se basa en un cuerpo legal extremadamente amplio que incluye también el derecho internacional humanitario.
"Es una gran novedad que permite abordar las situaciones de conflictos y las obligaciones de los Estados en la materia", anota el futuro director de la Academia de Derecho Internacional Humanitario y de los Derechos Humanos que abre sus puertas en Ginebra en septiembre.
Otra novedad puesta en evidencia por el catedrático universitario: "Los puntos de vista de la ONG serán integrados en los documentos que servirán para el examen".
Corresponde ahora al Consejo demostrar que esos mecanismos se traducirán en la práctica en una mejor protección de los derechos humanos.
swissinfo, Frédéric Burnand, Ginebra
(Traducción, Marcela Águila Rubín)
EXAMEN PERIODICO UNIVERSAL (EPU)
Durante el EPU, cada país deberá demostrar el respeto de sus obligaciones en materia de derechos humanos en un informe presentado cada cuatro años.
Tres sesiones de dos semanas permitirán el examinar a 48 Estados por año. El examen estará basado en las informaciones suministradas por el Estado, un resumen de 20 páginas.
A lo anterior se añadirá un resumen de diez páginas de los documentos oficiales de las Naciones Unidas, establecido por el Alto Comisionado de los Derechos Humanos. Las informaciones de las ONG serán tomadas en cuenta en un tercer resumen de diez páginas.
El examen será conducido en un grupo de trabajo, presidido por el presidente del Consejo y compuesto 47 Estados miembros, con participación de los Estados observadores en el diálogo.
Un grupo de tres relatores, sorteados entre los miembros del Consejo en diferentes grupos regionales, tendrá la tarea de facilitar el examen.
El Estado acusado puede aceptar o rechazar las recomendaciones emitidas.

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